domingo, 14 de marzo de 2010

¿Elegir SER?

Si tuviera que elegir que verdura ser, optaría en realidad por la alcachofa… aun que no es una verdura en el sentido clásico, sino una flor; quizás y no lo discuta, ¿pero que flor más extraña, verdad?... quién apuesta por un Si o por un No, yo lo dejaré pasar por ahora…

Es un aquenio provisto de vilano, de forma oblonga y de color verde o violeta, siendo poco atractiva en apariencia, ha logrado llamar mi atención y comparación. La alcachofa es una hortaliza de invierno (temporada fría); por ello, unas adecuadas condiciones climáticas son extremadamente importantes en la producción de alcachofas (mágicamente, mi estación preferida es el INVIERNO).

Al igual que las plantas de alcachofa tiendo a adaptarme en cualquier situación o experiencia, en el caso de ellas se adaptan a la multitud de suelos; y preferiblemente están libres de malas hierbas (poco difícil de alejar en nuestra realidad).

Para elegir las alcachofas más frescas, se aprieta la parte del tallo, si se escuchan ruiditos, es que la planta está fresca. Si no, significa que puede estar podrida por dentro. En cambio, a mí, basta que abraces para sentir si estoy fresca y radiante o inversamente agria y molesta.
Sus partes comestibles están constituidas por el corazón de la alcachofa y las hojas carnosas y protectoras que la rodean; lo que las hace atractivas al buen paladar; por ello…
Finalmente y quizás me quedaré con el sin sabor de darles a conocer más sobre sus propiedades de la Alcachofa, pero esto fácilmente lo podrían conseguir en algún recetario nutricional o cualquier revista virtual; debido a que mi objetivo principal era brindarle un toque especial a esta hortaliza, que explicaré a continuación…

“Tenemos una personalidad tan digna de ser descubierta; por eso es común pelar la alcachofa hasta llegar al corazón antes de cocerla. Así de complicado o de sencillo que pueda sonar, pero es la verdad; lo triste es que pocos se toman la molestia de escarbar, y de reconocer que algo tan poco atractivo a simple vista, puede tener un corazón que al finalizar una cocción se habrá quedado blando sin perder mucho color ni forma”. Ahora, me vuelco a mi realidad, y así me puedo definir; como aquella mujer a la que pocos han logrado conocer cosas tan mías, que les gusten o disgusten, pero que las aceptaron y que no las pretendieron cambiar.

Pues está es mi respuesta, a la opción de elegir ser una verdura… ¡ALCACHOFA!

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